¡Hola!
Estamos empezando abril y en el 2019, es el mes de Semana Santa. Una semana cargada de muchos eventos religiosos para algunos y, para otros, de relajación y vacaciones.
Es por ello que, inspirado en parte por este gran evento católico religioso, y en otra por mi amor por las cervezas belgas, pensé: ¿Por qué no hacer una entrada sobre monjes y cerveza? porque es en gran parte por ellos que tomamos mucha cerveza en este siglo y nunca está de más para hablar sobre nuestra preciada bebida de cebada.
La Cerveza y la Religión
No es secreto que la cerveza - y el alcohol, en general- se ha usado por siglos como una bebida religiosa, ya sea para ayudar a la adoración de un dios o para atraer adeptos. Aunque en la historia griega y romana se considerara inferior, no significa que no estuviera fuera de la escena, pues era una bebida que día a día era muy popular entre monjes y bárbaros por igual.
Uno de los primeros usos documentados de la cerveza, donde se consta de alguna práctica religiosa, se puede encontrar en el himno a Ninkasi, donde a través de su canto, se invocaba y adoraba a esta diosa, protectora de la cerveza. El himno es una mezcla de poesía y receta de preparación de cerveza. Se decía que la diosa garantizaba una bebida fresca para los habitantes de Sumeria, en parte por el calor tan inmundo que debía hacer en ese momento .
Ya más cerca, en Alemania del siglo XVIII (de acuerdo a NPR), los monjes Paulaner participaban en un festival de ayuno y retiro espiritual, donde bebían una cerveza negra y pesada llamada Doppelbock. Esta cerveza les ayudaba a quitar el apetito, pudiendo así superar el festival de 40 días (seguro algo muy relacionado a la cuaresma). Y sí, todavía se puede conseguir .
No todo es religión
Aunque todo hasta acá ha sido interesante, vale recalcar que no todo era fe y cánticos a dioses o deidades. En Bélgica, por ejemplo, se caracterizan muchas cervezas por tener sus inicios en las abadías de la región de flandes, pero todo tiene un origen más pensado en salud pública que en otra cosa.
Entre el siglo XV y XVIII, en la región era muy dificil conseguir agua de buena calidad, en parte por las constantes guerras que sufrió la región y por razones de atraso tecnológico. Es por eso que los monjes hacían cervezas en sus monasterios y la ofrecían en sus abadias, teniendo dos tipos de bebida pseudo cerveza: una para niños, que era casi una mezcla de agua con levadura y saborizantes, y una bebida más fuerte para adultos. Los monjes lo hacían con el fin de mantener a las personas saludables, garantizando mano de obra en el invierno y a futuro.
Con el tiempo, fueron agregando más preservativos como hojas y zumos de rosa o de lúpulo, que ahora hacen parte fundamental de la elaboración de cerveza en la actualidad.
En todo caso, sin duda alguna le debemos gran parte de la historia de la cerveza a los monjes, por saber preservar y promover esta bebida en todos los rincones del mundo.
y ustedes ¿También creen que la cerveza es lo que es por la religión y sus adeptos? ¿O no? ¡Cuéntenos en los comentarios!
¡Salud! .
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